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jueves, 27 de octubre de 2016

Crítica: Inferno

Verla sí que puede ser un tormento.
 
Título original: Inferno
Fecha de estreno: 9 de octubre de 2016 (Florencia)
País: Estados Unidos
Director: Ron Howard
Guión: David Koepp, a partir de la novela homónima de Dan Brown
Reparto: Tom Hanks, Felicity Jones, Ben Foster, Irrfan Khan, Omar Sy, Sidse Babett Knudsen, Ana Ularu, Jon Donahue, Cesare Cremonini, Xavier Laurent, Fausto Maria Sciarappa, Juan Ignacio Pita
Duración: 121 minutos

Un biotecnólogo que predica la muerte de la mitad de la humanidad para evitar una superpoblación catastrófica en el futuro crea un virus mortal que esconde en algún sitio del que deja enigmáticas pistas. Robert Langdon (Tom Hanks) será el encargado de descifrar las pistas y llegar al virus antes (o no) de que sea liberado. Esta es la sinopsis de Inferno. Ah, y puede que haya algún pequeño spoiler si sigues leyendo.

Inferno es la tercera película basada en una novela de Dan Brown. No puedo opinar sobre el libro porque honestamente no he leído nada de Dan Brown, pero sí tengo claro que al menos para ver la película es conveniente aparcar un rato el cerebro, desactivar el juicio crítico y no hacer demasiado caso al sentido común. Esto en sí no es malo. Muchas películas son divertidas e interesantes precisamente porque desafían a todas esas cosas. Lo que sí es malo para una película es tener una excesiva duración para contar una historia que en esencia es Ángeles y Demonios (también de Ron Howard, 2009, y esta ya era demasiado larga) ligeramente cambiada, con un ritmo similar, personajes sorpresa incluidos, ser predecible y aguantar una cháchara pseudointelectual para apoyar un argumento potencialmente interesante (aunque manido) pero que se hace aburrido porque ya sabes cómo va a acabar.

Los personajes a lo suyo, sin salirse de lo que tienen marcado, los buenos son buenos y los malos son malos, y algunos que parecen buenos pero son malos y viceversa lo son descaradamente, sin posibilidad de que nos equivoquemos. Viene todo mascado y lo que tenemos son basicamente dos horas de gente corriendo de un lado para otro, mucho ruido, persecuciones y huidas delirantes y el correspondiente tour europeo entre Italia y Turquía, algunos sustos, muchos sinsentidos y el final esperado.

Realmente es notable el encaje de bolillos de los acertijos y las constantes referencias culturales de las que nuestro protagonista es un auténtico especialista y que lo guían sí o sí hasta el temible virus, del que por otra parte no explican absolutamente nada, llegando hasta el ridículo momento hacia el final en que los de la Organización Mundial de la Salud reconocen no saber de qué se trata y de que quedan muchos años por delante para estudiar el virus. El "virus" podría ser perfectamente una broma, una bolsa rellena de agua tintada de rojo, por lo que sabemos, porque nadie parece tener ni idea de qué se trata ni de sus efectos ni de dónde ha salido o cómo lo han creado. De todos modos el surrealismo de esta cuestión se queda pequeña al lado de, por ejemplo, ¡un comando armado de la OMS buscando a Robert Langdon y al virus! ¿Qué puede quedar mejor en tu película que un comando armado (¡¡armado!!) de la Organización Mundial de la Salud moviéndose a su bola por el mundo adelante como si tuviese licencia para operar con carta blanca y requerir la cooperación de las autoridades locales, que obedecen sin rechistar? No sabemos qué fuma Dan Brown o qué se mete el guionista de la película, pero enfocado adecuadamente puedes tomártelo por momentos con bastante humor. Un humor no intencionado pero humor al fin y al cabo. Queda para el espectador el descubrimiento del resto de momentos graciosos, como lo extremadamente sencillo y nada esforzado que habría sido que los malos venciesen.

En resumen, Inferno es, quitando toda la cháchara, una película de acción y persecuciones para desactivar un supuesto peligro. No hay mucho más.

Puede que lo mejor de la película sean las visiones infernales de Langdon al principio de la película. Lo peor, todo lo demás.

Oh, en la película no dejan de citar a Dante y La divina comedia como (pedante) eje para ir descifrando las pistas que llevan al virus. Créeme, invertirás mejor las dos horas que dura la película empezando a leer realmente La divina comedia en lugar de ir a ver Inferno: el libro de Dante es más largo y requiere más esfuerzo, pero al final deja una mucho mejor digestión.

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