Representación artística de GOCE en órbita, con el motor iónico en funcionamiento. Crédito: ESA |
Lanzado el 17 de marzo de 2009 desde el cosmódromo de Plesetsk, en Rusia, mediante un cohete Rokot, su vida prevista era de unos 20 meses, pero gracias a una actividad solar poco intensa y al uso cuidadoso de su motor iónico, funcionó durante más del doble de lo previsto. Y es que la misión de GOCE consistió en medir las minúsculas variaciones de gravedad de la Tierra y elaborar un mapa de las mismas, para lo cual su órbita debía ser lo más baja posible: fue lanzado a una órbita de tan solo 260 km de altura, una órbita en la cual los satélites normalmente solo tardan unos pocos meses en caer de vuelta a tierra por el rozamiento
Mapa de variaciones gravitatorias elaborad a partir de los datos de GOCE. Crédito: ESA |
Para medir las pequeñas variaciones de la gravedad de la Tierra entre un punto y otro, GOCE usaba seis acelerómetros (tres pares colocados ortogonalmente entre sí) superprecisos, 100 veces más precisos que cualquier otro acelerómetro que haya volado al espacio. La enorme precisión de las mediciones de GOCE servirán para mejorar los modelos de circulación marina, de altura de los océanos (afectada por el cambio climático) y para comprender mejor el interior de la Tierra. GOCE, con sus acelerómetros, detectó desde órbita las perturbaciones infrasónicas que produjo el terremoto de Tohoku (Japón) del 2011, por lo que la ESA se refirió a su satélite como "el primer sismómetro en órbita".
Fuentes:
- GOCE completes its mission
- GOCE's electric ion propulsion engine switched on
- Web de GOCE en la ESA
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