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sábado, 15 de julio de 2017

Hemos visto... "Life (Vida)"


Life es una película dirigida por Daniel Espinosa y estrenada en marzo de 2017. Y un poco un insulto a la inteligencia del espectador. Y, como siempre, destripamos a continuación la película, quedáis avisados.

La sinopsis oficial es esta: a la Estación Espacial Internacional, habitada por seis astronautas, llega una muestra de suelo marciano para ser analizada en un entorno aislado y seguro. Para sorpresa de los astronautas la muestra contiene una forma de vida marciana que pronto pondrá en riesgo sus vidas.

Pero la sinopsis real es esta: un grupo de incompetentes que pasan por astronautas se encuentran con una forma de vida extraña que son incapaces de detener, contener o eliminar a pesar de las múltiples oportunidades que tienen; cometen imbecilidades a cada minuto del metraje de tal manera que solo cabe pensar que lo hacen mal a propósito y al final solo puedes pensar que se lo tienen merecido.

Cuando una película de supuesto terror donde los personajes luchan por su vida frente una amenaza desconocida y pavorosa empieza a aburrirte sabes que hay algo mal, muy mal, en la dirección, el guión o en ambos. Claro que ya cuando una película empieza de una forma ridícula (solo un grupo de imbéciles inconscientes intentaría capturar un satélite como lo hacen al principio, y todos acabarían muertos, además, con el consiguiente ahorro para nuestras vidas de la hora y media siguiente de película), cuando en la era post-Gravity y post-Interstellar sigues poniendo sonidos en el espacio, sabes que la cosa no va a acabar bien.

Al final tenemos el clásico esquema de película donde la estupidez de los personajes eclipsa el desarrollo y el fondo de la misma, donde la atención se la llevan los detalles absurdos. No ayuda en nada que los personajes sean planos y poco o nada interesantes. Los intentos del director por hacernos empatizar con los astronautas se quedan en nada, pasan sin pena ni gloria por la pantalla, flotando de un lado a otro con sus tonterías, sus acciones sin sentido que los van llevando inexorablemente a una muerte más que anunciada. Son carne de cañón sin ningún interés. Es el típico esquema de decenas y decenas de películas donde la amenaza puede ser absolutamente cualquier cosa y las víctimas son invariablemente un grupo de lerdos que lo mismo podrían tirarse por un barranco con idéntico resultado, pero eso no es excusa.

Ni siquiera el aspecto técnico en cuanto al escenario espacial y científico es relevante o interesante y tiende más bien al ridículo: desde mencionar a China como socio de la Estación Espacial Internacional (jamás lo ha sido) junto con Estados Unidos y Rusia sin mencionar ni siquiera a Europa o Japón (¡uno de los personajes es japonés!) a llamar "Soyuz" a los dos tipos de nave que aparecen en la película, completamente distintas entre sí y con una sola con un aspecto muy vagamente relacionado con la real. Desde quedarse sin combustible después de unos pocos disparos de los propulsores a no mantener ni una sola conversación con el control de la misión hasta que al final es demasiado tarde... y para eso la comunicación se corta sin respuesta desde tierra. Si ni siquiera hacen ninguna otra prueba con la muestra marciana que no sea descubrir el bicho, dejar que crezca y jugar con él... Y así toda la película, con una ristra de meteduras de pata interminable. Uno no sabe qué pensar: ¿en serio no tenían la asesoría de alguien minimamente informado?, ¿lo hicieron a propósito? De todos modos, todo eso, todo, podría haberse pasado por alto, podría haberse perdonado o podríamos haber hecho como que son fallos que no están ahí a cambio simplemente de que se estuviese contando una buena historia, de enganchar al espectador y tener toda su atención en la historia y no en lo accesorio. En el fondo no se trata de hacer que la película sea realista. Se trata de hacer que la película sea creíble. Gravity tiene grandes dosis de realismo pero se toma un buen puñado de licencias con la mecánica orbital y con las naves, pero a nadie le importa, ni siquiera a los espaciotrastornados, porque la historia es buena, te mantiene en vilo, quieres saber qué va a pasar a continuación, qué va a ocurrir con la protagonista, y no te despistas con los fallos y la libre interpretación en ocasiones de lo que es el viaje espacial. Life no es ni realista ni creíble, ni engancha, ni te mantiene en tensión ni al final tienes el mínimo interés en que los personajes se salven porque han actuado de manera tan estúpida y poco profesional que, en el fondo, lo merecen.

La película tiene algún guiño aparente a Gravity y quizás a Alien (ese tipo de letra del principio...) que no ayuda en nada a hacerla mejor ni más amena.

Lo mejor: todos mueren al final.

Lo peor: las patadas constantes al sentido común, la incompetencia ridícula de los personajes.

jueves, 16 de marzo de 2017

Hemos visto... "Logan"


Logan (dirigida por James Mangold) se estrenó en marzo de 2017 y es, cómo decirlo... un épico "a tomar por saco" de Marvel.

En Logan se trata la historia de Lobezno (Hugh Jackman), el doctor Xavier (Patrick Stewart) y la pequeña Laura (Dafne Keen). En un futuro cercano los mutantes son practicamente historia, hace décadas que no nacen nuevos mutantes y la escuela de Xavier ya no existe. Un envejecido y agotado Lobezno-Logan, trabajando como chófer de limusina, se encarga de cuidar junto a Caliban (Stephen Merchant), en la clandestinidad y en la frontera de México, del doctor Xavier, que sufre un problema de degeneración neuronal que pone en riesgo la vida de quienes lo rodean por los ataques que sufre y desatan sus poderes de manera involuntaria. Logan trata de reunir una cantidad de dinero para poder llevarse a sus compañeros lejos del infecto escondite en el que habitan y de paso asegurarse de que las crisis nerviosas del doctor no ponen en riesgo a ningún inocente. Y en esas estamos cuando aparece una mujer con una misteriosa niña dispuesta a pagar una elevada cantidad para que Logan se lleve a la cría a Dakota del Norte, a un supuesto refugio idílico para mutantes, mientras escapan de Transigen, la empresa propietaria de la niña... A partir de aquí la acción se acelera y se inicia la huída, un camino de dolor, muerte, tragedia y crueldad, pero también un camino iniciático, de amor, ternura, humor por momentos, cuyo final no por predecible es menos contundente.

¿Es Logan la mejor película de Marvel hasta la fecha? Es fácil salir con esa pregunta en mente después de ver la película. El enfoque, la atmósfera, la crudeza de la historia... no son nada parecido a lo que se haya visto hasta ahora en las películas del universo Marvel. La película no está clasificada para mayores de 16 años por nada. La sangre y la violencia explícita y nada disimulada abundan. Logan es sin duda la película más violenta de la franquicia. Los personajes pasan de ser superheroes con un pasado más o menos problemático que luchan por superar a ser poco más que supervivientes acosados y en decadencia, con unos poderes disminuidos y en declive, afectados por la vejez y la enfermedad como cualquier hijo de vecino. Con el añadido, como motor de la historia, de un último gran esfuerzo en nombre de un futuro incierto y de una leve esperanza para una nueva e inesperada generación de mutantes.

Es difícil no empatizar con unos personajes que se muestran vulnerables, dolidos y con un pasado que los agota, agobia y persigue. En Logan encontramos una extraña y desconcertante (para bien) mezcla de la acción a la que estamos acostumbrados en las películas de X Men con el drama que supone el conflicto y huída de unos personajes maduros en muchos sentidos, con Xavier ejerciendo como voz de la esperanza y la responsabilidad como contrapeso al egoísmo y la cautela, justificados, de Logan.

El final de la película deja un sabor un tanto amargo, ni siquiera agridulce, sabiendo que es la última con Hugh Jackman haciendo de Lobezno y de Patrick Stewart como Xavier. Se deja la puerta abierta con la huída de Laura y sus compañeros, pero dificilmente será lo mismo.

Lo mejor: la caracterización de los personajes, que plasma perfectamente su agotamiento vital; la atmósfera de ese futuro cercano, una proyección cuesta abajo de nuestro presente; la interpretación de Dafne Keen como Laura, que se estropea hasta cierto punto cuando empieza a hablar (hacia el final de la película), al menos en el doblaje al español; los chascarrillos en plan abuelete del doctor Xavier; la crudeza de la historia, que baja de los altares a Lobezno y Xavier, los humaniza y hace mucho más fácil identificarnos y empatizar con ellos.

Lo peor: la escena de acción final flojea por comparación, al recordar a las películas más clásicas de X Men; los malos son, bueno, malos, maniqueistamente malos.

jueves, 5 de enero de 2017

Hemos visto... "La llegada"


"La llegada" (Arrival) es una película del año 2016 dirigida por Denis Villeneuve y protagonizada por Amy Adams en el papel de la doctora Louise Banks, una experta en lingüística, y Jeremy Renner como Ian Donnelly, un físico. Es resaltable también el papel de Forest Whitaker como el coronel Weber.

Seguramente ya conozcas la sinopsis: doce naves extraterrestres aparecen de la noche a la mañana en distintos puntos de la Tierra. El ejército de los Estados Unidos solicita la ayuda de una experta en linguística y de un físico para tratar de establecer comunicación con los alienígenas que tripulan una de las naves. A partir de aquí se desarrolla una trama fascinante, con el tema de la comunicación y la comprensión entre especies y entre miembros de la misma especie como punto central, sin aspavientos ni una acción descerebrada y desenfrenada típica de muchas películas de temática parecida.

No pasa desapercibido que en gran parte la película reflexiona sobre las barreras comunicativas entre los propios humanos y en cómo estas modelan las relaciones, los conflictos entre distintos pueblos y la manera de ver y afrontar el mundo y el universo, condicionados en gran parte por nuestra manera de comunicarnos. Es un tema de por sí fascinante y cautivador según la manera en que lo relata Villeneuve. Y por eso mismo el drama personal de la doctora Banks, que se presenta desde el principio, acaba lastrando, oscureciendo y pesando sobre la película, especialmente en la segunda mitad de la cinta, donde a cada rato se nos insiste en toda la felicidad y el dolor personales que rodean o rodearán a la doctora. No hay que perder de vista que el drama de la doctora está imbricada en la trama y forma una parte magnificamente coreografiada con el final de la película y la razón última de la visita de los alienígenas, pero Villeneuve parece insistir continuamente en recordarnoslo a cada poco. Acabas teniendo la sensación de que el director te está metiendo el dedo en el ojo continuamente (mira, mira qué drama más terrible y emotivo, ¿eh?, ¿eh?, ¿no lo ves?) y que la atención de lo fundamental y trascendental se desvía hacia lo que podría ser un dramón de media tarde en cualquier canal de televisión. Al final pesa más la sensación de tristeza y desasosiego que la magnificiencia de estar en medio de un hecho histórico y trascendental.

En conjunto tenemos una buena película que representa de manera digna e incluso original y hasta cierto punto realista un tema tan difícil y esquivo como el primer contacto entre los humanos y una especie alienígena, que sin embargo se ve empañada por una escora nada disimulada hacia el lado más dramático y sensiblero de la trama que el director podría haberse ahorrado perfectamente.

Lo mejor: la representación de los alienígenas, el esfuerzo puesto en representar el trabajo de la lingüista, los momentos de tensión...

Lo peor: la sensiblería de algunos momentos, la repetitividad e insistencia en el drama personal de la protagonista.

jueves, 27 de octubre de 2016

Crítica: Inferno

Verla sí que puede ser un tormento.
 
Título original: Inferno
Fecha de estreno: 9 de octubre de 2016 (Florencia)
País: Estados Unidos
Director: Ron Howard
Guión: David Koepp, a partir de la novela homónima de Dan Brown
Reparto: Tom Hanks, Felicity Jones, Ben Foster, Irrfan Khan, Omar Sy, Sidse Babett Knudsen, Ana Ularu, Jon Donahue, Cesare Cremonini, Xavier Laurent, Fausto Maria Sciarappa, Juan Ignacio Pita
Duración: 121 minutos

Un biotecnólogo que predica la muerte de la mitad de la humanidad para evitar una superpoblación catastrófica en el futuro crea un virus mortal que esconde en algún sitio del que deja enigmáticas pistas. Robert Langdon (Tom Hanks) será el encargado de descifrar las pistas y llegar al virus antes (o no) de que sea liberado. Esta es la sinopsis de Inferno. Ah, y puede que haya algún pequeño spoiler si sigues leyendo.

Inferno es la tercera película basada en una novela de Dan Brown. No puedo opinar sobre el libro porque honestamente no he leído nada de Dan Brown, pero sí tengo claro que al menos para ver la película es conveniente aparcar un rato el cerebro, desactivar el juicio crítico y no hacer demasiado caso al sentido común. Esto en sí no es malo. Muchas películas son divertidas e interesantes precisamente porque desafían a todas esas cosas. Lo que sí es malo para una película es tener una excesiva duración para contar una historia que en esencia es Ángeles y Demonios (también de Ron Howard, 2009, y esta ya era demasiado larga) ligeramente cambiada, con un ritmo similar, personajes sorpresa incluidos, ser predecible y aguantar una cháchara pseudointelectual para apoyar un argumento potencialmente interesante (aunque manido) pero que se hace aburrido porque ya sabes cómo va a acabar.

Los personajes a lo suyo, sin salirse de lo que tienen marcado, los buenos son buenos y los malos son malos, y algunos que parecen buenos pero son malos y viceversa lo son descaradamente, sin posibilidad de que nos equivoquemos. Viene todo mascado y lo que tenemos son basicamente dos horas de gente corriendo de un lado para otro, mucho ruido, persecuciones y huidas delirantes y el correspondiente tour europeo entre Italia y Turquía, algunos sustos, muchos sinsentidos y el final esperado.

Realmente es notable el encaje de bolillos de los acertijos y las constantes referencias culturales de las que nuestro protagonista es un auténtico especialista y que lo guían sí o sí hasta el temible virus, del que por otra parte no explican absolutamente nada, llegando hasta el ridículo momento hacia el final en que los de la Organización Mundial de la Salud reconocen no saber de qué se trata y de que quedan muchos años por delante para estudiar el virus. El "virus" podría ser perfectamente una broma, una bolsa rellena de agua tintada de rojo, por lo que sabemos, porque nadie parece tener ni idea de qué se trata ni de sus efectos ni de dónde ha salido o cómo lo han creado. De todos modos el surrealismo de esta cuestión se queda pequeña al lado de, por ejemplo, ¡un comando armado de la OMS buscando a Robert Langdon y al virus! ¿Qué puede quedar mejor en tu película que un comando armado (¡¡armado!!) de la Organización Mundial de la Salud moviéndose a su bola por el mundo adelante como si tuviese licencia para operar con carta blanca y requerir la cooperación de las autoridades locales, que obedecen sin rechistar? No sabemos qué fuma Dan Brown o qué se mete el guionista de la película, pero enfocado adecuadamente puedes tomártelo por momentos con bastante humor. Un humor no intencionado pero humor al fin y al cabo. Queda para el espectador el descubrimiento del resto de momentos graciosos, como lo extremadamente sencillo y nada esforzado que habría sido que los malos venciesen.

En resumen, Inferno es, quitando toda la cháchara, una película de acción y persecuciones para desactivar un supuesto peligro. No hay mucho más.

Puede que lo mejor de la película sean las visiones infernales de Langdon al principio de la película. Lo peor, todo lo demás.

Oh, en la película no dejan de citar a Dante y La divina comedia como (pedante) eje para ir descifrando las pistas que llevan al virus. Créeme, invertirás mejor las dos horas que dura la película empezando a leer realmente La divina comedia en lugar de ir a ver Inferno: el libro de Dante es más largo y requiere más esfuerzo, pero al final deja una mucho mejor digestión.

lunes, 3 de octubre de 2016

Crítica: Warcraft: el origen (Warcraft: The Beginning)


Título original: Warcraft: The Beginning
Fecha de estreno: 24 de mayo de 2016 (Francia)
País: Estados Unidos
Director: Duncan jones
Guión: Charles Leavitt, Duncan Jones
Reparto: Travis Fimmel, Paula Patton, Ben Foster, Dominic Cooper, Toby Kebbell, Ben Schnetzer, Robert Kazinsky, Clancy Brown, Daniel Wu, Ruth Negga, Anna Galvin, Callum Keith, Burkely Duffield, Ryan Robbins, Dean Redman, Glenn Ennis, Terry Notary, Elena Wurlitzer, Michael Adamthwaite, Anna Van Hooft, Callan Mulvey
Duración: 123 minutos

Si alguna vez has jugado a un videojuego de Blizzard, como cualquiera de los Warcraft, Starcraft o Diablo, sabrás que la compañía trata con mimo y esmero las cinemáticas, esos videos que sirven para presentar el juego o como transición entre fases o misiones o para introducir algún elemento nuevo. En algunos casos son pequeñas joyas que no te cansas de ver una y otra vez, tanto por su aspecto técnico como por la historia que cuenta, por las sensaciones que transmite. Mucha gente fantaseaba con una película (en imagen real o en animación) hecha con esa magia.

Warcraft: el origen puede tener dos tipos de espectadores: los que han jugado al videojuego en que se basa la película y los que no lo han hecho. Para quien no lo sepa a estas alturas, los juegos originales de Warcraft, de los que hay tres (Warcraft, Warcraft II: Tides of Darkness y Warcraft III: Reign of Chaos) con algunas expansiones, consisten en lo que se denomina RTS, Real-Time Strategy, juegos de estrategia en tiempo real, en los que el jugador controla una serie de unidades y recursos con los que cumplir una misión, como derrotar a uno o varios rivales. En Warcraft el jugador puede controlar a los humanos o a los orcos (o a otras razas a veces) y construir unidades civiles o militares para derrotar al contrario. El videojuego evolucionó a World of Warcraft, un juego de rol masivo multijugador, en el que esencialmente se multiplicaban las posibilidades al jugar con y contra otros jugadores humanos. Si has jugado alguna vez a cualquiera de las versiones de Warcraft estarás familiarizado con la estética del juego, con los detalles del universo en que tiene lugar, con los pequeños guiños con que Blizzard lo salpica, con los personajes principales, con la manera de comportarse... Warcraft: el origen, como es lógico, bebe de la estética del videojuego y de sus códigos. El problema es que, como también es lógico, muchos espectadores no habrán tenido jamás contacto con el videojuego y se perderán un contexto que en la película se da casi por supuesto.

La cinta  deja una desconcertante sensación de velocidad a medida que transcurren los minutos: todo pasa muy rápido, aceleradamente, de manera atropellada y, lo que es peor, sin un contexto claro. Los personajes ya están ahí, de repente, se van perfilando a duras penas durante la película y de una manera obligadamente maniquea porque no hay tiempo para establecer zonas de gris o porque directamente no interesa hacerlo para reducir la película a llanamente una lucha de buenos y malos. Combinado con la falta de contexto, la impresión que deja la película en su primera mitad y más allá es de tener prisa en presentarnos todo un universo de golpe y de meterlo a piñón en las dos horas de metraje. Es incómodo por momentos. A veces casi parece un resumen de una película mucho más larga a la que han quitado los momentos interesantes. Tampoco ayuda la apariencia un tanto artificiosa o los comportamientos estereotipados de algunos personajes: los protagonistas humanos son jóvenes y atractivos en su totalidad, los orcos "buenos" tienen rasgos más humanizados y los "malos" mucho más deformados y monstruosos, los conflictos entre personajes se nos presentan como más simples que el mecanismo de un botijo y los momentos dramáticos a veces rayan el ridículo.


A pesar de todo, al final no queda un mal sabor de boca total. Si eres fan del videojuego habrás reconocido guiños (ese soldado siendo convertido en oveja...) y la inconfundible estética de los ejércitos humanos y orcos, de los magos e incluso de las escasas apariciones de los enanos y los elfos, de los edificios y construcciones. Incluso las invocaciones y hechizos de los magos reproducen los del videojuego en un alarde de espectacularidad. Si no eres fan, bueno, te queda una película que intenta ser de fantasía épica, con luchas impresionantes, buenos efectos especiales y una historia más bien fácil de seguir en sus líneas básicas por su sencillez a costa de sacrificar profundidad en tramas y personajes, y que te gustará más o menos dependiendo de tus gustos personales. La interpretación de los actores es simplemente correcta y quizás sobresalga un poco la de Ben Schnetzer, que da vida al mago Khadgar y aporta un poco de emoción en algunos momentos.

En conjunto queda la impresión de que, a pesar de ser un proyecto que empezó a larvarse en 2006 y que comenzó a hacerse realidad en 2014, no se ha conseguido una película que explique el universo Warcraft adecuadamente. Parece ser una película hecha para fans no muy exigentes y en la que se ha puesto atención sobre todo a la parte técnica. Parece una auténtica oportunidad perdida de haber hecho una película de calidad que pudiese contentar a fans y descubrir todo un mundo a los no iniciados. Es inevitable una comparación con El señor de los anillos y su cuidada y mimada producción. En el fondo lo que parece es que la película se hizo exclusivamente con la intención de ganar dinero a costa de la fama del videojuego, y parece haber tenido éxito al ser la película más taquillera basada en un videojuego. En cualquier caso está claro que habrá más películas Warcraft. La duda es si seguirán la senda de la primera y tendremos atropelladas tramas con personajes que no hemos tenido tiempo apenas de conocer (y con los que dificilmente conectamos o empatizamos) viviendo rápidas aventuras épicas y dramáticas o si levantarán un poco el pie del acelerador y nos darán tiempo a encariñarnos con los buenos y odiar o comprender a los malos.

viernes, 9 de septiembre de 2016

OSIRIS-REx: a la búsqueda de una muestra del asteroide Bennu

OSIRIS-REx aproximándose al  Bennu. Crédito: NASA

Esta noche se lanza la nave OSIRIS-REx (Origins, Spectral Interpretation, Resource Identification, Security - Regolith Explorer, no se puede ser más rebuscado...) cuya misión es acercarse al asteroide Bennu, estudiarlo durante un tiempo, recoger una muestra de la superficie y traerla a la Tierra en septiembre de 2023. Es la primera recogida de muestras de un asteroide que realizan los Estados Unidos y, si tiene éxito, la segunda muestra de un asteroide que será traída a la Tierra por una nave tras la devuelta por la nave Hayabusa en junio de 2010 tras un viaje tan épico como accidentado. Antes de llegar a Bennu, OSIRIS-REx sobrevolará la Tierra un año después del lanzamiento para modificar ligeramente su órbita.

La nave


OSIRIS-Rex es una nave con una longitud maxima de 6,2 m con los paneles solares desplegados y de 2110 kg de masa llena de propelente (880 kg con los depósitos vacíos). Lleva cinco instrumentos a bordo para estudiar Bennu remotamente y un sistema de recogida de muestras para recolectar entre 60 y 2000 (!) gramos de material de la superficie del asteroide. Las muestras serán introducidas en una cápsula con un escudo térmico para soportar la reentrada atmosférica en septiembre de 2023. La cápsula caerá en una zona del desierto de Utah.

Bennu

101955 Bennu (el nombre completo del asteroide, que indica que es el asteroide número 101955 en haber sido descubierto y confirmado), denominado originalmente como 1999 RQ36, es un asteroide de tipo B primitivo y rico en carbono. El interés de obtener una muestra de él está en que su estudio revelará pistas sobre las condiciones del Sistema Solar en sus inicios y sobre el posible origen del agua y las moléculas orgánicas que más tarde dieron lugar a la vida en la Tierra. Además servirá para evaluar las posibilidades de usar asteroides como fuente de recursos en el espacio. Como bonus, Bennu es un asteroide cercano a la Tierra potencialmente peligroso y relativamente grande, de unos 500 metros de diámetro, con lo que conocer mejor sus características físicas y orbitales puede ayudar  predecir con mayor precisión los encuentros cercanos con la Tierra y, en caso necesario, tomar medidas en el futuro (el próximo paso cercano de Bennu a la Tierra tendrá lugar en 2135).

Plan de la misión

  • Lanzamiento: 8 de septiembre de 2016
  • Sobrevuelo de la Tierra: 22 de diciembre de 2107
  • Llegada a Bennu y comienzo de su estudio con los instrumentos remotos: agosto de 2018
  • Recogida de muestras de la superficie de Bennu: julio de 2020
  • Partida de Bennu: marzo de 2021
  • Reentrada en la atmósfera terres de la cápsula con las muestras: 24 de septiembre de 2023
  • Fin de la misión: 30 de septiembre de 2025

jueves, 8 de septiembre de 2016

Cómo programar el apagado de Windows (sin programas adicionales)

A veces tenemos que ausentarnos de casa o del trabajo y tenemos que elegir entre dejar el PC encendido a solas durante horas sabiendo que va a acabar la tarea que esté haciendo antes de que volvamos o apagarlo antes de irnos, lo cual puede retrasar nuestro trabajo o lo que sea que estuviésemos haciendo, como descargar o subir algún fichero, procesar video... Si sabemos cuánto tiempo más o menos tardará la tarea en completarse podemos programar el apagado automático de nuestro Windows. ¡Y sin instalar ningún programa adicional!

En Windows existe el comando shutdown que nos permite, con los parámetros adecuados, indicar cuánto tiempo queremos que pase antes de que se produzca un apagado automático. Para ejecutarlo necesitamos permisos de administrador. En Windows 10, por ejemplo, podemos abrir una ventana de comandos con permisos de administrador pulsando la tecla de Windows (a la izquierda de la barra de espacio) y luego X, con lo que se abre una ventana con opciones donde debemos pulsar "Símbolo del sistema (administrador)".


En la ventana de línea de comando que se abre podemos ejecutar el comando shutdown y ver todas las opciones con que contamos, que pueden desbordarnos un poco si no sabemos para qué sirven.

Para nuestro objetivo, que es apagar nuestro ordenador después del tiempo que creamos necesario, usamos el comando con este formato:

shutdown /s /t xxx

Con /s indicamos que queremos que el comando apague el ordenador y con /t indicamos que queremos que lo haga después de xxx segundos. Así, si queremos que el ordenador se apague dentro de dos horas (7200 segundos) ejecutaremos

shutdown /s /t 7200

Después de introducir el comando saldrá el aviso de que el PC se apagará después del tiempo que hayamos indicado:



Tras eso no habrá ninguna otra indicación visible, ningún contador, que nos muestre cuánto queda para el apagado.

El tiempo que podemos indicar con el parámetro /t va de 0 segundos (apagado instantáneo) a 315360000 segundos (10 años).

Si por cualquier razón queremos cancelar el apagado ejecutaremos el siguiente comando:

shutdown /a

Se nos avisará de que el apagado se ha cancelado:

domingo, 4 de septiembre de 2016

Júpiter y la Tierra, a escala

La llegada de Juno a Júpiter en julio de este año significó que por fin obtendríamos imágenes de los polos de Júpiter gracias a JunoCam, la cámara a bordo de Juno que, aunque fue incluida por motivos de relaciones públicas y educativas y no por motivos científicos, ya está devolviendo imágenes impresionantes de Júpiter. Y es solo el comienzo. Para muestra, una imagen del polo sur de Júpiter poco después de pasar por el perijovio (el punto de la órbita de Juno más cercano a Júpiter):

Foto de Júpiter tomada por JunoCam el 27 de agosto de 2016. Crédito: NASA / JPL / SwRI / MSSS
Se puede ver perfectamente cómo la caótica zona polar sur (al igual que la norte) del gigante gaseoso no tiene nada que ver con las zonas ecuatoriales y tropicales del planeta, elegantemente ordenadas en bandas y cinturones. Es sin duda una vista espectacular y diferente, con todas esas tormentas merodeando en la atmósfera del planeta más grande del Sistema Solar, pero sin la perspectiva adecuada, sin un sentido de escala, nos estamos perdiendo algo. Poner la Tierra a la misma escala y con una geometría de iluminación parecida ayudaría a interpretar lo que vemos, así que dicho  hecho, tomemos una foto obtenida por la sonda NEAR-Shoemaker el 24 de diciembre de 1998 tras un sobrevuelo de la Tierra y en la que la perspectiva muestra el polo sur terrestre, escalémosla para que su tamaño sea el equivalente al real si estuviese al lado de Júpiter y veamos qué pasa:

Composición de Júpiter con la Tierra al lado. Crédito: NASA / JPL / SwRI / MSSS / NEAR-Shoemaker / Crastinia
La Tierra (se ve claramente la Antártida en el centro y Australia en la posición de las 2:00) es casi ridiculamente pequeña al lado de Júpiter. ¡Alguna de las tormentas casi tienen el diámetro de la Tierra y muchas de ellas se comerían a la Antártida tranquilamente! Júpiter tiene aproximadamente 11 veces el diámetro de la Tierra y la escala de sus tormentas, con una superficie más de 120 veces superior a la de la Tierra, es difícil de imaginar. Como señaló Arthur C. Clarke, la superficie de la India es a la superficie terrestre lo que la superficie terrestre es a la superficie de Júpiter.

lunes, 4 de julio de 2016

Juno llega a Júpiter

Juno a solo unas horas de la inserción orbital en Júpiter (NASA's Eyes)

Casi 5 años después de su lanzamiento, el 5 de agosto de 2011, a la sonda espacial Juno le quedan solo unas horas para entrar en órbita de Júpiter. Para ello necesitará encender su motor principal durante 35 minutos en el momento de máxima aproximación al planeta. El encendido comenzará a las 3:18 UTC (5:18 CET) pero en la Tierra no sabremos si todo ha ido bien hasta al menos una hora más tarde tanto por el tiempo de viaje de la señal como por la reconfiguración del sistema de radio.

Juno quedará en una órbita polar excéntrica que se acercará a tan poco como 4200 km del techo de nubes y se alejará hasta 3,5 millones de kilómetros y se pasará casi dos años estudiando el interior de Júpiter a través de mediciones de su campo magnético, su campo gravitatorio y de las microondas que emergen del interior del planeta para entender cual es el origen del mayor de los planetas del sistema solar y por extensión, el origen de los demás planetas.

La misión tiene fecha de caducidad: finalizará el 20 de febrero de 2018, tras casi 2 años y 37 órbitas alrededor de Júpiter, y lo hará a lo grande, quemándose enla atmósfera del gigante gaseoso, para impedir que la nave, sin esterilizar, pueda llegar a impactar por accidente contra la luna Europa, que posiblemente reúna las condiciones para la vida bajo su superficie, y la contamine.

Se podrá seguir la inserción orbital a través de NASA TV a partir de las 2:30 UTC (4:30 CET).

lunes, 13 de junio de 2016

Cómo asegurar tu Wi-Fi de 9 formas distintas


Hoy en día cualquiera con conexión a Internet en casa dispone de un router Wi-Fi con el que dar acceso inalámbrico al cada vez mayor número de dispositivos que se conectan sin hilos a la red de nuestra casa, como laptops, terminales inteligentes, tablets...

Dada la naturaleza de la Wi-Fi, en la que la información se transmite mediante ondas electromagnéticas propagadas libremente, cualquiera puede intentar romper nuestra seguridad y acceder a nuestra red si no ponemos los medios adecuados para asegurarla. ¿Quieres saber unas cuántas maneras de hacerlo? A continuación te explicamos unas cuantas:

  • No dejes la red Wi-Fi abierta: puede parecer obvio, pero dejar la red Wi-Fi abierta, sin seguridad de ningún tipo permitiendo que cualquiera pueda conectarse, es una práctica seguida por algunos a quienes "no les importa" o no les parece importar que otros tengan acceso a Internet a través de su red, bien por un equivocado sentido del altruísmo, bien por pura vagancia. Esto es un riesgo doble para ambos lados, el propietario de la red y el usuario que se conecta: para el propietario, porque será legalmente responsable de lo que ocurra a través de su red y si alguien se conecta para usarla con fines delictivos al juez no le valdrá la excusa de que él no sabía quién estaba conectándose; y para el usuario que se conecta, porque no es oro todo lo que reluce y encontrarse con que alguien deja su red abierta para que puedas conectarte alegremente puede ser perfectamente una trampa a través de la que pasarán tus claves y tus datos personales y que alguien con habilidad puede recolectar con fines desagradables. Recuerda: no dejes tu Wi-Fi abierta ni te conectes a cuanta red Wi-Fi abierta veas.
  •  Apaga el router cuando no lo uses: si te vas de casa y no dejas ningún aparato conectado, si no vas a utilizar la Wi-Fi durante un rato, si por la noche no necesitas conectarte a la red... no lo dudes, apaga el router. Además de un pequeño ahorro de energía, darás menos oportunidades y tiempo a cualquier atacante para intentar romper y crackear tu red. Y es que muchas veces lo único que necesita un atacante es tiempo suficiente para poder recoger la información necesaria de tu Wi-Fi con la que acabar rompiendo tus claves y entrar en tu red. No les des la oportunidad desde el principio: sin señal Wi-Fi no tienen modo de entrar.
  •  Cambia la contraseña por defecto de administración del router: los routers vienen con un usuario y clave por defecto normalmente comunes al modelo de router para poder entrar y hacer cambios en los parámetros de red. Cambiando la clave por defecto no vas a impedir que un atacante acceda a tu red (el usuario y clave solo son para acceder al router), pero sí impedirás que entre en el router para hacer cambios que te perjudiquen o modifiquen la red sin que te enteres.
  • Cambia el SSID: el router que nos entregan radia un SSID (el nombre de la red) por defecto. Cámbiaselo. Es posible que el atacante pueda saber por el SSID por defecto qué claves probar para acceder a nuestra red si no hemos cambiado dichas claves, lo cual nos lleva a...
  • Cambia la clave por defecto de la Wi-Fi: cambia la clave nada más poner en marcha el router. Es, junto con el SSID por defecto, la manera en que un atacante intentará acceder en primer lugar. No utilices una clave simple: no se te ocurra poner como clave "12345", tu fecha de nacimiento, el nombre de tu pareja, la matrícula de tu coche... es la receta perfecta para el desastre. Usa la clave más larga que puedas que te resulte práctica y mezcla números, letras y caracteres especiales como puntos, comas... sé creativo. Por ejemplo, puedes usar como clave una frase con algún símbolo especial al final o por el medio: "miperrosehacomidolosdeberes,,+0" podría ser una clave lo suficientemente compleja como para frustrar los intentos de un atacante pero relativamente sencilla de memorizar. Porque otra cosa que no debes hacer es dejar apuntada tu clave Wi-Fi en un papel accesible a cualquiera...
  • Activa la seguridad por MAC en el router: la seguridad por MAC consiste en permitir que unicamente determinadas direcciones físicas (direcciones MAC) puedan acceder a la red. En principio la dirección MAC es única para cada dispositivo y no hay (no debería) haber dos dispositivos con una misma dirección MAC. En el router se puede hacer un listado de las MACs con los dispositivos permitidos. Los dispositivos que no estén en ese listado no podrán conectarse a la Wi-Fi aunque introduzcan la clave correcta. Y habiendo explicado en qué consiste la seguridad por MAC, hablemos de los inconvenientes: si solo tienes unos pocos dispositivos llevar el listado será fácil, pero tendrás que añadir cada nuevo dispositivo que quieras conectar; y lo peor de todo, es posible para un atacante imitar las MACs de dispositivos válidos si tiene el tiempo necesario. Habilitar la seguridad MAC no está mal, pero no es la panacea y ante un atacante decidido lo que se consigue es retrasar algo el avance del ataque.
En este router el botón azul es el de WPS
  •  Deshabilita WPS en el router: WPS (Wi-FI Protected Setup) es un mecanismo ideado para evitar tener que introducir claves (especialmente si son largas y engorrosas) en nuevos dispositivos que agregues a tu red. Utiliza un sistema en el que o bien introduces un PIN de ocho dígitos o bien activas fisicamente un botón en el router cuando intentas conectar tu dispositivo. Aunque WPS pueda parecer una buena idea que nos facilita la vida, no lo es y puede convertirse en un auténtico problema de seguridad. No lo dudes: deshabilítalo.
  • Utiliza unicamente WPA2-AES como método de seguridad en tu Wi-Fi: si no sabes de lo que hablamos, entra en tu router y examina las propiedades de la Wi-Fi. Posiblemente tengas como opciones de seguridad WEP, WPA-TKIP y WPA2-AES. Jamás uses WEP como método de seguridad. Es un mecanismo obsoleto y roto y cualquiera podría acceder a tu red en cuestión de minutos si usas WEP. Evita a toda costa WPA-TKIP: es más seguro que WEP pero también es cuestión de tiempo que descifren tu clave usando WPA-TKIP. El estándar actual de seguridad es WPA2-AES y es sin duda el más seguro de las tres opciones. Es posible que en el router se pueda configurar también WPA2-TKIP. No lo hagas. Configura unicamente WPA2-AES. Si tienes curiosidad, "WPA2" significa Wi-Fi Protected Access 2 (y como adivinarás, "WPA" significa Wi-Fi Protected Access a secas) y es el método de seguridad elegido para la conexión inalámbrica mientras que "AES" (al igual que "TKIP") es el método de encriptación de los datos. WPA2 junto con AES es la combinación más fuerte hoy en día para asegurar tu Wi-Fi.
  • Si puedes, utiliza "WPA2-Enterprise" en lugar de "WPA2-PSK": no nos liemos ahora, se trata de usar WPA2-AES, como dijimos antes, pero dentro de esta modalidad existen dos maneras de llevarla a cabo. Una es "WPA2-PSK", PSK de Pre-Shared Key, que no es más que el método donde se usa una clave y que se utiliza en la inmensa mayoría de routers caseros. Y la otra es "WPA2-Enterprise", una manera más compleja de validarse en la red que necesita de un servidor (podría servir un PC en la propia red) donde definiremos uno o varios usuarios que tendremos que introducir en cada dispositivo para que la Wi-Fi funcione. Es un modelo de validación más complicado que el usar una simple clave pero es también mucho más seguro.